lunes, 1 de junio de 2009

Not an addict

Al principio, cuando me lo ofrecieron, lo rechacé de plano. "No gracias, yo paso de eso" dije.

Pero insistieron varias veces y al final cedí y lo acabé probando, "sólo una vez, no creo que pase nada por una vez".

La experiencia fue brutal, intensa y deliciosa, aunque peligrosa a la vez.

Después, no sé muy bien por qué, lo volví a tomar, creo que pensando que podría controlarlo, que podría parar cuando yo quisiera.

Pero no fue así.

Cada vez mi consumo fue más frecuente, busqué proveedores, lo cual no fue difícil, e incluso me hice una lista mental de dónde estaban los más cercanos en cada momento.

Ahora creo que, simplemente, es demasiado tarde.

Creo que soy un miserable adicto.

Sólo así se explica que no pueda dejarlo, que esté pensando en tomarlo a cada momento y que los períodos de abstinencia me provoquen terribles efectos físicos y psíquicos.

Desde aquí te maldigo, Canalla, por haberme descubierto...


















... el Chai Latte. :D

4 comentarios:

  1. ¿y lo jodidamente mal que se pasa sin él? yo no puedo manejar el dejar de fumar y empezar con esto. No puedo no.

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  2. y, sobretodo, el verte obligado a entrar en antros perversos y globalizadores, que frapohumillan el café... solo porque en una esquinita tienen eso, ay!

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  3. Jajajaja
    Veo que eres de los míos (bueno, mi dosis es de Iced Caffè Mocha con chocolate y canela) pero te recomiendo esto para momentos de ansiedad. Besito, I.

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  4. Anónimo: Haré otra confesión, me gusta la frapohumillación; soy fan de Starbucks, así que no me duelen prendas en entrar en antros perversos!

    Inma: Iced Caffé Mocha con chocolate y canela! pero si es leerlo y se me hace la boca agua, cómo te cuidas! :D me tienes que decir dónde me compro uno de esos, los venden en farmacias? Besos.

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