lunes, 27 de julio de 2009

It's always better on holiday!

Como dice mi jefe: Señores... en el culo tengo flores.

Vamos, que me voy a la playa (Cullera, para más señas. Si vas a estar por ahí avisa y nos comemos un arroz) y no quiero saber nada del mundo.

A la vuelta os cuento.

Os quiero a todos!

domingo, 26 de julio de 2009

Impaciente

No puedo esperar a que lleguen dos momentos, a saber (y ordenados por cercanía temporal):

a) Que llegue el lunes (o sea, mañana), que me voy a la playa con Joe, a pasar una semana de machotes bebiendo, comiendo, bañándonos y vagueando bajo el sol.

b) Que llegue agosto y Canalla esté por aquí! qué ganas de verle y cervecear en terracitas agradables! de moverme por Madrid con él y ponernos al día! de contarnos nuestros planes, nuestras ilusiones y nuestros problemas!

Espero con ansiedad el merecido premio al post más gayer de todo blogspot.

domingo, 19 de julio de 2009

El tiempo pasa... despacito.

Eso nos contaba (cantaba) Madonna, pero tiene truco. El tiempo sólo pasa despacito sí tienes prisa por que pase.

Pero si echas la vista atrás y miras hacia el pasado, resulta que el tiempo ha corrido más deprisa que Forrest Gump en los San Fermines.

Hace unos meses iba a trabajar y mientras me recreaba en el colosal atasco diario de la M40, escuchaba las noticias en la radio. Me llamó la atención una en la que el locutor decía que, veinte años después, El Cascanueces volvía a representarse en Madrid.

"Qué raro", me dije yo mientras el tipo del coche de al lado me miraba con expresión de extrañeza al observar que hablaba solo, "pero si yo fui a una representación de El Cascanueces hace tiempo... pero claro, no pueden estar hablando de la misma."

Ya lo creo que hablaban de la misma.

Veinte años como veinte castañas han pasado desde que nos llevaron con el cole al antiguo Teatro de la Villa (hoy Teatro Fernando Fernán Gómez) a ver aquel ballet.

Hace poco me he reencontrado por casualidad con una de mis mejores amigas de la infancia junto a quien, por cierto, me sentaba cuando fuimos a ver el puñetero Cascanueces.

Está preciosa (casada y con hijos, supongo, pero preciosa, qué coño) y sigue siendo encantadora, pero de repente se me vienen encima mil recuerdos que me llenan de asquerosa (y deliciosa) nostalgia.

Qué diablos, aún tengo 31 años, carpe diem.

jueves, 16 de julio de 2009

Ortigueira

Ortigueira huele a porro, a fogata y a eucalipto.

También a buen rollo inacabable, a comida improvisada y a cubata de ron.

Huele a música celta, a Amistad sin paliativos, a playita y a crema de protección solar factor cinco mil.

A pulpo a la gallega, a chucherías de metro y medio, a café con leche con bollitos mirando amanecer en la playa, a gallegos de Alcorcón que piden tabaco y no se van ni con agua caliente y a perroflautas de pura cepa que no han visto una ducha en lustros.

Huele empanada gallega, a niñas monas que no saben plegar tiendas, a balón de rugby y a encantadores visitantes portugueses.

Lo único que eché en falta fue un ligero toque Canalla para acabar de hacerlo perfecto, pero nada que no se pueda solventar en el futuro.


Y yo cada año venga a decirles a estos, joer, vamos a Ortigueira, que os va a molar, y estos que no, que pasamos, que eso es un coñazo.
Menos mal que por fin este año han entrado en razón y me parece que les ha gustado.

Estoy seguro de que el año que viene repetirán.

sábado, 4 de julio de 2009

¿Qué ha pasado?

Nada grave. Sólo que estoy un poco vago para escribir.

Supongo que será el calor, quizás la comodidad de encontrarme bien. Tal vez, un poco, la acuciante necesidad de pensar en mis cosas.

Este proceso en el que me encuentro ahora es mucho más introspectivo que ningún otro, y eso contribuye a que no tenga ganas de hacer público lo que me pasa por la cabeza en este momento.

Eso y que tampoco tengo muchas conclusiones que sacar aún, la verdad.

Las cosas siguen igual, mis amigos siguen ahí, como siempre, más al pie del cañón que nunca. Mi familia lo mismo. Mi hermana es, por fin, doctora. Me siento orgulloso. Me voy a Ortigueira. Y luego a Málaga. Y luego a la playa.

Qué ganas tengo de playa, creo que me lo he ganado.