Podría sentirme culpable, y me siento.
Podría preocuparme, pero no lo necesito.
Podría angustiarme, pero, simplemente, no sucede.
Siento que me va invadiendo poco a poco, suplantando con su esencia cada brizna de amor, de respeto, de cariño, pero a la vez proveyéndome de autoestima y de energía.
Noto que va abriéndose hueco cada día, cada vez un poco más, creciendo lentamente, como un cáncer, apartando a codazos todo lo positivo que pudiera quedar, encontrando su propio lugar en mi alma a costa de lo demás.
Creo que no está en mis manos detenerla.
Creo que no tengo nada que hacer ante su acometida, más que capitular y ponerme a su merced.
Si haces las veces de combustible para sacarme de esta oscuridad y llevarme a mi destino (¿qué destino?), bienvenida seas, maldita rabia.
La rabia es un catalizador muy bueno para conseguir cosas. Lo malo es que a veces se consiguen cosas muy malas. Pero cataliza que no veas...
ResponderEliminarUff... no sé cómo lo haces, pero siempre das en el justo centro del clavo.
ResponderEliminarEfectivamente, con rabia todo va a toda pastilla, lo que pasa es que no tengo muy claro hacia dónde...
Gracias por venir a verme, es un auténtico honor :D .