And the daffodils look lovely today
miércoles, 7 de noviembre de 2012
El copago sanitario en 10 pasos
1- Usted decide encargarme a mí la compra semanal, para lo cual me da 80€ todas las semanas.
2- A cambio de esos 80 euros, yo le hago la compra y se la llevo a casa cada semana.
3- De los 80 euros yo me gasto 50 en droga y putas, y el resto lo invierto en su compra.
4- Al cabo de un tiempo empiezo a insinuar que la vida sube y los productos de la compra son cada vez más caros.
5- A estas alturas ya me gasto 70 de los 80 euros en salir por ahí con mis amigotes y dar rienda suelta a mis vicios inconfesables, quedándome 10 para la compra.
6- Por fin le digo a usted que se acabó, que yo no puedo hacerme cargo de la compra solo y que ya va siendo hora de que usted colabore y aporte algo de dinero también.
7- Le obligo a pagarme 5 euros cada vez que le llevo la compra a casa, de modo que así usted también colabora.
8- De esos 5 euros, comienzo a gastarme 4 en tabaco.
9- Decido llamar a este modelo "Hacer La Compra A Pachas".
10- Si ante esta situación usted no protesta enérgicamente, es que tiene serios problemas para comprender lo que sucede a su alrededor. Vamos, que es usted autista.
martes, 6 de noviembre de 2012
Instrucciones (de Neil Gaiman)
Toca la puerta que nunca antes habías visto en la pared.
Di "por favor" antes de abrir el pestillo,
entra,
avanza por el camino.
Un pequeño duende rojo de metal cuelga de la puerta verde de la casa
a modo de aldaba,
no lo toques; te mordería los dedos.
Atraviesa la casa. No toques nada.
No comas nada.
Sin embargo,
si alguna criatura te dice que tiene hambre,
aliméntala.
Si te dice que está sucia,
límpiala.
Si te grita que le duele,
si puedes,
alivia su dolor.
Desde el jardín trasero verás
el bosque salvaje.
El hondo pozo que acabas de dejar a un lado
lleva al Reino del Invierno;
existe otro mundo ahí al fondo.
Si prefieres darte la vuelta aquí,
hazlo tranquilo,
no quedarás en evidencia. No tendré peor opinión de ti.
Una vez atravieses el jardín,
estarás en el bosque.
Los árboles son muy antiguos.
Algunos ojos te espían desde la maleza.
Bajo un roble retorcido, está sentada una vieja.
Puede que te pida algo.
Dáselo.
Ella te indicará el camino hacia el castillo.
En él hay tres princesas.
No te fíes de la más joven. Continúa andando.
En el claro detrás del castillo,
los doce meses están sentados
alrededor de una hoguera,
calentándose los pies, contándose historias.
Puede que te concedan algún favor, si eres educado.
Quizás puedas recoger fresas en la escarcha de Diciembre.
Confía en los lobos, pero no les digas
a dónde vas.
El río puede cruzarse con una barca.
(La respuesta a la pregunta que te hará
el barquero es la siguiente:
"si dejas el timón a tu pasajero, serás libre
de abandonar la barca".
Pero díselo desde una distancia segura.)
Si un águila te trae una pluma, guárdala.
Recuerda: que los gigantes duermen profundamente,
que a las brujas suelen traicionarlas sus caprichos,
que los dragones tienen un punto débil,
en algún lugar, siempre;
Los corazones pueden estar bien escondidos,
y los traicionas con tu palabra.
No tengas envidia de tu hermana.
Has de saber que los diamantes y las rosas
son tan incómodos cuando se caen de los labios
como los sapos y las ranas:
y además, son más fríos y afilados, y cortan.
Recuerda tu nombre.
No pierdas la esperanza – encontrarás lo que buscas.
Confía en los fantasmas.
Confía en que aquellos a quienes has ayudado te ayudarán a su vez.
Confía en los sueños.
Confía en tu corazón y confía en tu historia.
A la vuelta, toma el mismo camino por el que viniste.
Los favores serán devueltos, las deudas serán reparadas.
No olvides tus modales.
No mires atrás.
Monta en el águila sabia (no te caerás).
Monta en el pez plateado (no te ahogarás).
Monta en el lobo gris (pero agárrate fuerte a su lomo).
Hay un gusano en la base de la torre;
esa es la razón por la que no se mantiene en pie.
Cuando alcances la pequeña casa,
el lugar donde comenzó tu viaje,
reconocerás el lugar, pero te parecerá
mucho más pequeño de lo que recordabas.
Sigue el camino y cruza la puerta
que nunca habías visto -salvo una vez-.
Y entonces, vuelve a casa.
O construye una.
Y descansa.
Tenéis el original en inglés aquí.
lunes, 9 de abril de 2012
Sundaying
Hoy hemos hecho un plan de Domingueros sin paliativos.
Con su picnic con mantel (de Hello Kitty), sus toallas de playa para plantar el culo sobre el césped, sus patatuelas, sus cervecitas, sus tortillas de patatas, su ensalada de pimientos con atún y su tarta de chocolate.
Se me ocurre que no todo el mundo puede decir que ha hecho un picnic a menos de 20 metros de un templo egipcio de más de veinte siglos de antigüedad, pero así son las cosas, otro detalle a sumar a la compañía, inmejorable, y a todo lo demás.
Que luciera un sol glorioso y corriera una suave brisa no ha hecho más que hacerlo todo más perfecto, si cabe.
Luego hemos estado empujando la puerta del buen ánimo para que no entrara la desidia del domingo por la tarde (ya, ya sé que es lunes, pero venía muy bien disfrazado de domingo), paseando por barrios viejos que a la vez son nuevos, descubriendo cafés interesantes, tiendas chulas y sitios que pasan sin dilación a la lista de "pendiente de visitar".
Hemos hecho alguna comprilla y aguantado como unos valientes hasta que ya no nos quedaban cartuchos, y hemos emprendido una ordenada retirada a horas decentes, con la resaquilla tontuela y alegre de habernos tirado el día entero fuera de casa.
Francamente, con planes como este ya podéis venir de dos en dos si queréis, domingos (genuinos o con disfraz), que por fin sabemos bien cómo manteneros a raya.
Con su picnic con mantel (de Hello Kitty), sus toallas de playa para plantar el culo sobre el césped, sus patatuelas, sus cervecitas, sus tortillas de patatas, su ensalada de pimientos con atún y su tarta de chocolate.
Se me ocurre que no todo el mundo puede decir que ha hecho un picnic a menos de 20 metros de un templo egipcio de más de veinte siglos de antigüedad, pero así son las cosas, otro detalle a sumar a la compañía, inmejorable, y a todo lo demás.
Que luciera un sol glorioso y corriera una suave brisa no ha hecho más que hacerlo todo más perfecto, si cabe.
Un parque como este en un día como el de hoy estaba pidiendo a gritos un buen picnic
Luego hemos estado empujando la puerta del buen ánimo para que no entrara la desidia del domingo por la tarde (ya, ya sé que es lunes, pero venía muy bien disfrazado de domingo), paseando por barrios viejos que a la vez son nuevos, descubriendo cafés interesantes, tiendas chulas y sitios que pasan sin dilación a la lista de "pendiente de visitar".
Hemos hecho alguna comprilla y aguantado como unos valientes hasta que ya no nos quedaban cartuchos, y hemos emprendido una ordenada retirada a horas decentes, con la resaquilla tontuela y alegre de habernos tirado el día entero fuera de casa.
Francamente, con planes como este ya podéis venir de dos en dos si queréis, domingos (genuinos o con disfraz), que por fin sabemos bien cómo manteneros a raya.
lunes, 2 de abril de 2012
Willy Toledo
Creo que no he conocido, conozco, ni conoceré nunca, a nadie tan demoledoramente cansino como Willy Toledo.
Es como el tío del chiste de Tarantino en Desperado, se mea en el suelo, en la barra, en los taburetes, en la pared, en el barman... se mea en todas partes, menos en el jodido vaso.
Es canalla. Es bohemio. Es comprometido. Es increíblemente plasta.
Se retrata humildemente cuando se declara miembro de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas.
Ya puestos a tirarse flores se podían haber llamado Súper-Alianza Chachiguay De Atractivos Intelectuales Antiimperialistas Con Un Miembro Viril Descomunal.
En plena vorágine de chachiprogresismo copresentó la gala de los Goya de 2003 enfundado en una camiseta de Ho chi Minh y ha hecho de la solidaridad agresiva una forma de vida.
Afirma sin rubor que "los únicos piratas son los que van a pescar a Somalia" y no le tiembla la voz al defender que "el Gobierno ha vendido el Sáhara por dinero", así que no debería sorprendernos que el mismo día, y tras llamar mentiroso al Ministro de Asuntos Exteriores, declarara sin pudor que "El Estado español ha secuestrado a Aminatu Haidar."
Se ve que concluyó que insultar al Ministro de Exteriores no colmaba sus ínfulas de trasgresor, así que decidió ir más allá catalogando de asesinos a los soldados españoles en Afganistán, a la Ministra de Defensa y al Presidente del Gobierno, al explicar que, los primeros, "no están haciendo una labor humanitaria, están allí asesinando afganos civiles", mientras que los segundos "son directamente responsables del asesinato de miles de civiles de allí y de la ocupación ilegal de un país soberano."
Ahora, del creador de "el Estado cubano es un modelo a seguir en muchos aspectos", del guionista de "Orlando Zapata no era más que un delincuente común" y del productor de "Vargas Llosa es un derechista muy peligroso" llega El Piquete Informativo Que Te Cierra El Bar Te Pongas Como Te Pongas.
Muy pronto en sus pantallas, amigos.
Es como el tío del chiste de Tarantino en Desperado, se mea en el suelo, en la barra, en los taburetes, en la pared, en el barman... se mea en todas partes, menos en el jodido vaso.
Es canalla. Es bohemio. Es comprometido. Es increíblemente plasta.
Se retrata humildemente cuando se declara miembro de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas.
Ya puestos a tirarse flores se podían haber llamado Súper-Alianza Chachiguay De Atractivos Intelectuales Antiimperialistas Con Un Miembro Viril Descomunal.
En plena vorágine de chachiprogresismo copresentó la gala de los Goya de 2003 enfundado en una camiseta de Ho chi Minh y ha hecho de la solidaridad agresiva una forma de vida.
Afirma sin rubor que "los únicos piratas son los que van a pescar a Somalia" y no le tiembla la voz al defender que "el Gobierno ha vendido el Sáhara por dinero", así que no debería sorprendernos que el mismo día, y tras llamar mentiroso al Ministro de Asuntos Exteriores, declarara sin pudor que "El Estado español ha secuestrado a Aminatu Haidar."
Se ve que concluyó que insultar al Ministro de Exteriores no colmaba sus ínfulas de trasgresor, así que decidió ir más allá catalogando de asesinos a los soldados españoles en Afganistán, a la Ministra de Defensa y al Presidente del Gobierno, al explicar que, los primeros, "no están haciendo una labor humanitaria, están allí asesinando afganos civiles", mientras que los segundos "son directamente responsables del asesinato de miles de civiles de allí y de la ocupación ilegal de un país soberano."
"Willy Toledo siendo desalojado del Congreso de los Diputados.
Ahora, del creador de "el Estado cubano es un modelo a seguir en muchos aspectos", del guionista de "Orlando Zapata no era más que un delincuente común" y del productor de "Vargas Llosa es un derechista muy peligroso" llega El Piquete Informativo Que Te Cierra El Bar Te Pongas Como Te Pongas.
Muy pronto en sus pantallas, amigos.
domingo, 1 de abril de 2012
Invierno nuclear
Abril de 2009 se separó de la existencia sin previo aviso.
Como en un invierno nuclear, todo se hiela y el tiempo se detiene.
El cero absoluto implica ausencia de actividad molecular.
La muerte absoluta.
Como en un invierno (nuclear).
Las cosas crecen después de un invierno nuclear. Y el aire se limpia.
Si sobrevives, sales con cuidado del refugio y miras alrededor, a ver qué hay.
A ver quién hay.
Con el tiempo, nadie diría que algo pasó.
¿Lo recuerdas?, estuviste allí.
(¿estuviste allí?)
Abril de 2012 parece real, quién te lo iba a decir.
Debe de ser la alergia.
Como en un invierno nuclear, todo se hiela y el tiempo se detiene.
El cero absoluto implica ausencia de actividad molecular.
La muerte absoluta.
Como en un invierno (nuclear).
Las cosas crecen después de un invierno nuclear. Y el aire se limpia.
Si sobrevives, sales con cuidado del refugio y miras alrededor, a ver qué hay.
A ver quién hay.
Con el tiempo, nadie diría que algo pasó.
¿Lo recuerdas?, estuviste allí.
(¿estuviste allí?)
Abril de 2012 parece real, quién te lo iba a decir.
Debe de ser la alergia.
miércoles, 7 de marzo de 2012
Tucacas
Siempre he pensado que en España les ponemos a los negocios el primer nombre que se nos pasa por la cabeza.
Hace no mucho, volviendo en coche a mi casa, me paré en un semáforo, como dictan las normas, y al girar la cabeza hacia la izquierda, vi lo siguiente:
Pensativo, conduje hasta casa preguntándome por qué alguien habría considerado una buena idea llamar "Tucacas" a una papelería-librería.
"Tucacas" se puede traducir de inmediato por "Tuculo", y ese no parece el tipo de nombre que uno le querría poner a su negocio.
A nadie le gusta que la gente vaya a "Tuculo" a comprar nada, como es normal, y tampoco parece la respuesta adecuada cuando te pregunten que dónde has comprado el papel milimetrado.
Me recuerda un poco a un video de Jackass en el que los tipos se iban a un vecindario de Greenwich, en Connecticut, llamado Mianus (que en inglés se pronuncia exactamente igual que "mi ano"), y se dedicaban a hablar con los lugareños, dando lugar a jocosas situaciones como:
-¿Usted no vive en mi ano?
-¡Mirad! ¡hay una depuradora en mi ano!
-¿En serio? ¿Mel Gibson tiene una casa en mi ano?
Y aún diré más: si hacéis click en la primera foto (la de "Tucacas" no la de "Mianus") y la ampliáis, veréis que en el escaparate hay un expositor de cuadernos.
¿Marca? Parramón.
También da un juego estupendo:
-Por favor, deme un cuaderno Parramón.
-¿Pa quién?
-Parramón,
-Etc.
Creo que algún día me compraré un cuaderno Parramón en Tucacas. Os mantendré informados.
Hace no mucho, volviendo en coche a mi casa, me paré en un semáforo, como dictan las normas, y al girar la cabeza hacia la izquierda, vi lo siguiente:
Pensativo, conduje hasta casa preguntándome por qué alguien habría considerado una buena idea llamar "Tucacas" a una papelería-librería.
"Tucacas" se puede traducir de inmediato por "Tuculo", y ese no parece el tipo de nombre que uno le querría poner a su negocio.
A nadie le gusta que la gente vaya a "Tuculo" a comprar nada, como es normal, y tampoco parece la respuesta adecuada cuando te pregunten que dónde has comprado el papel milimetrado.
Me recuerda un poco a un video de Jackass en el que los tipos se iban a un vecindario de Greenwich, en Connecticut, llamado Mianus (que en inglés se pronuncia exactamente igual que "mi ano"), y se dedicaban a hablar con los lugareños, dando lugar a jocosas situaciones como:
-¿Usted no vive en mi ano?
-¡Mirad! ¡hay una depuradora en mi ano!
-¿En serio? ¿Mel Gibson tiene una casa en mi ano?
Y aún diré más: si hacéis click en la primera foto (la de "Tucacas" no la de "Mianus") y la ampliáis, veréis que en el escaparate hay un expositor de cuadernos.
¿Marca? Parramón.
También da un juego estupendo:
-Por favor, deme un cuaderno Parramón.
-¿Pa quién?
-Parramón,
-Etc.
Creo que algún día me compraré un cuaderno Parramón en Tucacas. Os mantendré informados.
domingo, 4 de marzo de 2012
Usa protector solar
Damas y caballeros de la promoción del 97:
Usad protector solar.
Si sólo pudiera ofreceros un consejo para el futuro, sería este: usad protector solar. Los beneficios a largo plazo del protector solar han sido demostrados científicamente, mientras que el resto de mis consejos no tienen ninguna base fiable más allá de mi propia y sinuosa experiencia. He aquí mi consejo.
Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. Bueno, es igual. No entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se hayan desvanecido. Pero créeme, en 20 años mirarás tus fotos antiguas y recordarás, de una forma que ahora no puedes captar, cuánto potencial tenías frente a ti y lo fantástico que estabas en realidad. No estás tan gordo como piensas.
No te preocupes por el futuro. O preocúpate, pero sé consciente de que preocuparse es tan efectivo como intentar resolver una ecuación algebráica a base de mascar chicle. Lo más probable es que los auténticos problemas de tu vida sean cosas que nunca se te habían pasado por la cabeza, de esas que te pillan por sorpresa un martes cualquiera a las 4 de la tarde.
Una vez al día haz algo que te dé miedo.
Canta.
No juegues con los corazones de otras personas. No toleres que nadie juegue con el tuyo.
Usa hilo dental.
No malgastes el tiempo con envidias, a veces vas por delante, a veces vas por detrás. La carrera es larga y, al final, es sólo contra ti mismo.
Recuerda los cumplidos que recibas. Olvida los insultos. Si consigues hacer esto, cuéntame cómo.
Conserva tus antiguas cartas de amor. Tira los recibos viejos del banco.
Estira.
No te sientas culpable si no sabes qué quieres hacer con tu vida. La gente más interesante que conozco no sabía qué quería hacer con su vida cuando tenían 22 años. Algunas de las personas de 40 años más interesantes que conozco aún no lo saben.
Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas. Las echarás de menos cuando te fallen.
Puede que te cases, puede que no. Puede que tengas hijos, puede que no. Puede que te divorcies a los 40, puede que bailes el Funky Chicken en tu 75 aniversario de boda. Hagas lo que hagas, no te felicites demasiado, ni tampoco te lo recrimines. Tus decisiones son azar en un 50%. Como también lo son las de los demás.
Disfruta de tu cuerpo. Úsalo de todas las formas que puedas. No le tengas miedo, ni temas a lo que otros piensen de él. Es la mejor herramienta que jamás poseerás.
Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.
Lee las indicaciones, aunque luego no las sigas.
No leas revistas de belleza. Sólo te harán sentir feo.
Intenta conocer bien a tus padres. Nunca sabes cuándo pueden faltar. Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y los que, probablemente, seguirán contigo en el futuro.
Entiende que los amigos van y vienen, pero hay unos pocos muy preciados que debes conservar. Esfuérzate por salvar las distancias geográficas y las relacionadas con tu estilo de vida, porque, cuanto mayor eres, más necesitas a la gente que te conocía cuando eras joven.
Vive en Nueva York al menos una vez, pero márchate antes de que te endurezca. Vive en el norte de California al menos una vez, pero márchate antes de que te ablande. Viaja.
Acepta algunas verdades irrefutables: Los precios suben. Los políticos mienten. Tú también te harás mayor. Y cuando lo seas, fantasearás con que cuando eras joven los precios eran razonables, los políticos honestos y los niños respetaban a sus mayores.
Respeta a tus mayores.
No esperes que nadie te mantenga. Igual tienes un fondo fiduciario. Igual te casas con alguien con dinero. Pero nunca se sabe cuánto te va a durar cualquiera de los dos.
No hagas mucho el tonto con tu pelo, o para cuando tengas 40 parecerá el de alguien de 85.
Cuidado con los consejos que aceptas, pero sé paciente con aquellos que te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dispensarlos es como rescatar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, pintar las partes estropeadas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.
Pero hazme caso con lo del protector solar.
Usad protector solar.
Si sólo pudiera ofreceros un consejo para el futuro, sería este: usad protector solar. Los beneficios a largo plazo del protector solar han sido demostrados científicamente, mientras que el resto de mis consejos no tienen ninguna base fiable más allá de mi propia y sinuosa experiencia. He aquí mi consejo.
Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. Bueno, es igual. No entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se hayan desvanecido. Pero créeme, en 20 años mirarás tus fotos antiguas y recordarás, de una forma que ahora no puedes captar, cuánto potencial tenías frente a ti y lo fantástico que estabas en realidad. No estás tan gordo como piensas.
No te preocupes por el futuro. O preocúpate, pero sé consciente de que preocuparse es tan efectivo como intentar resolver una ecuación algebráica a base de mascar chicle. Lo más probable es que los auténticos problemas de tu vida sean cosas que nunca se te habían pasado por la cabeza, de esas que te pillan por sorpresa un martes cualquiera a las 4 de la tarde.
Una vez al día haz algo que te dé miedo.
Canta.
No juegues con los corazones de otras personas. No toleres que nadie juegue con el tuyo.
Usa hilo dental.
No malgastes el tiempo con envidias, a veces vas por delante, a veces vas por detrás. La carrera es larga y, al final, es sólo contra ti mismo.
Recuerda los cumplidos que recibas. Olvida los insultos. Si consigues hacer esto, cuéntame cómo.
Conserva tus antiguas cartas de amor. Tira los recibos viejos del banco.
Estira.
No te sientas culpable si no sabes qué quieres hacer con tu vida. La gente más interesante que conozco no sabía qué quería hacer con su vida cuando tenían 22 años. Algunas de las personas de 40 años más interesantes que conozco aún no lo saben.
Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas. Las echarás de menos cuando te fallen.
Puede que te cases, puede que no. Puede que tengas hijos, puede que no. Puede que te divorcies a los 40, puede que bailes el Funky Chicken en tu 75 aniversario de boda. Hagas lo que hagas, no te felicites demasiado, ni tampoco te lo recrimines. Tus decisiones son azar en un 50%. Como también lo son las de los demás.
Disfruta de tu cuerpo. Úsalo de todas las formas que puedas. No le tengas miedo, ni temas a lo que otros piensen de él. Es la mejor herramienta que jamás poseerás.
Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.
Lee las indicaciones, aunque luego no las sigas.
No leas revistas de belleza. Sólo te harán sentir feo.
Intenta conocer bien a tus padres. Nunca sabes cuándo pueden faltar. Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y los que, probablemente, seguirán contigo en el futuro.
Entiende que los amigos van y vienen, pero hay unos pocos muy preciados que debes conservar. Esfuérzate por salvar las distancias geográficas y las relacionadas con tu estilo de vida, porque, cuanto mayor eres, más necesitas a la gente que te conocía cuando eras joven.
Vive en Nueva York al menos una vez, pero márchate antes de que te endurezca. Vive en el norte de California al menos una vez, pero márchate antes de que te ablande. Viaja.
Acepta algunas verdades irrefutables: Los precios suben. Los políticos mienten. Tú también te harás mayor. Y cuando lo seas, fantasearás con que cuando eras joven los precios eran razonables, los políticos honestos y los niños respetaban a sus mayores.
Respeta a tus mayores.
No esperes que nadie te mantenga. Igual tienes un fondo fiduciario. Igual te casas con alguien con dinero. Pero nunca se sabe cuánto te va a durar cualquiera de los dos.
No hagas mucho el tonto con tu pelo, o para cuando tengas 40 parecerá el de alguien de 85.
Cuidado con los consejos que aceptas, pero sé paciente con aquellos que te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dispensarlos es como rescatar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, pintar las partes estropeadas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.
Pero hazme caso con lo del protector solar.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Micro-conflictos
-Pero... ¡si tú no existes de verdad! sólo eres un producto de mi imaginación... -exclamó él confuso.
-¿Cómo que no? ¡que yo pago mis impuestos! -replicó ella resuelta.
Mundano, aunque irrefutable.
-¿Cómo que no? ¡que yo pago mis impuestos! -replicó ella resuelta.
Mundano, aunque irrefutable.
martes, 8 de noviembre de 2011
Y usted, ¿también es Napoleón?
Nunca me había atrevido a meterle mano a Dostoievski, la verdad.
No es que me echen para atrás los clásicos, qué va, nada de eso.
Pero es cierto que en su día me presenté a Joyce con excesiva familiaridad y con bastante desparpajo, y Joyce me respondió, con razón, que qué era aquel atropello, que si él y yo nos habíamos tomado alguna pinta de cerveza juntos o qué.
Me despistó el que otros clásicos respetables hubieran sido tan exquisitamente amables conmigo, contradiciendo mis expectativas.
El caso es que Fiodr no me había contado aún la historia de Raskolnikov, de Razumijin, de Sonia, ni de nadie, y ahora sé ya, indudablemente, que nunca le habría perdonado el no haberlo hecho.
O a mí el no haberle preguntado.
Crimen y Castigo me ha parecido una obra maestra.
Si la plática que mantienen Raskolnikov y Porfirii, aparentemente desenfadada pero cargada hasta los topes de tensión, no es uno de los pasajes literarios más sublimes que se han escrito, es que yo no entiendo un pimiento de esto, o que he leído muy poco, dos posibilidades que tampoco me apresuraría a descartar.
Lo que me gusta es que la historia en sí no es para tanto.
Lo que sí son para tanto es, por un lado, lo que ocurre en la cabeza del pobre Rodion y, por otro, la madre del cordero: cómo un hombre mortal se cree, por un instante, inmortal, esto es, Napoleón, y determina que el fin justifica los medios. Como los dos jóvenes estudiantes de La Soga, como Gaddaffi o como Dominique Strauss-Kahn, salvando las distancias, si ustedes me entienden.
Si aún no han leído ustedes Crimen y Castigo, corran, corran con desenfreno a su librería más próxima y adquiéranlo de inmediato, será la mejor compra que hayan hecho en mucho tiempo.
No es que me echen para atrás los clásicos, qué va, nada de eso.
Pero es cierto que en su día me presenté a Joyce con excesiva familiaridad y con bastante desparpajo, y Joyce me respondió, con razón, que qué era aquel atropello, que si él y yo nos habíamos tomado alguna pinta de cerveza juntos o qué.
Me despistó el que otros clásicos respetables hubieran sido tan exquisitamente amables conmigo, contradiciendo mis expectativas.
El caso es que Fiodr no me había contado aún la historia de Raskolnikov, de Razumijin, de Sonia, ni de nadie, y ahora sé ya, indudablemente, que nunca le habría perdonado el no haberlo hecho.
O a mí el no haberle preguntado.
Crimen y Castigo me ha parecido una obra maestra.
Si la plática que mantienen Raskolnikov y Porfirii, aparentemente desenfadada pero cargada hasta los topes de tensión, no es uno de los pasajes literarios más sublimes que se han escrito, es que yo no entiendo un pimiento de esto, o que he leído muy poco, dos posibilidades que tampoco me apresuraría a descartar.
Lo que me gusta es que la historia en sí no es para tanto.
Lo que sí son para tanto es, por un lado, lo que ocurre en la cabeza del pobre Rodion y, por otro, la madre del cordero: cómo un hombre mortal se cree, por un instante, inmortal, esto es, Napoleón, y determina que el fin justifica los medios. Como los dos jóvenes estudiantes de La Soga, como Gaddaffi o como Dominique Strauss-Kahn, salvando las distancias, si ustedes me entienden.
Si aún no han leído ustedes Crimen y Castigo, corran, corran con desenfreno a su librería más próxima y adquiéranlo de inmediato, será la mejor compra que hayan hecho en mucho tiempo.
jueves, 3 de noviembre de 2011
Desencontronazos
Es curioso. Me he encontrado con Uno que me ha dicho que Otro no me quiere ni ver. Y eso que yo a Otro no le he hecho nada, que yo sepa. Vale, sí, tuvimos un desencuentro, pero eso no es culpa mía. O al menos es tan culpa mía como suya.
No es que me quite el sueño, pero me molesta un poco que la gente sea tan idiota.
Encima, en ese mismo momento, Aquella, la novia de Uno, a la que hace eones que no veía, se limitó a decir "hola" y a excusarse torpemente para no tener que hablar conmigo. Muy maduro, claro que sí. Sé que no me traga, pero bueno, yo tampoco es que saque los pompones y el confeti cuando la veo, que afortunadamente es nunca, y aún así aguanto la compostura, que ya tenemos una edad.
Eso sí, si lo de Otro ya me resbalaba, de esto paso en bici y cuesta abajo, pero de nuevo no puedo evitar preguntarme a qué vienen esas actitudes absurdas.
Y punto, no les dedico un segundo más de mi vida.
No es que me quite el sueño, pero me molesta un poco que la gente sea tan idiota.
Encima, en ese mismo momento, Aquella, la novia de Uno, a la que hace eones que no veía, se limitó a decir "hola" y a excusarse torpemente para no tener que hablar conmigo. Muy maduro, claro que sí. Sé que no me traga, pero bueno, yo tampoco es que saque los pompones y el confeti cuando la veo, que afortunadamente es nunca, y aún así aguanto la compostura, que ya tenemos una edad.
"Hola", dice Aquella.
Eso sí, si lo de Otro ya me resbalaba, de esto paso en bici y cuesta abajo, pero de nuevo no puedo evitar preguntarme a qué vienen esas actitudes absurdas.
Y punto, no les dedico un segundo más de mi vida.
martes, 1 de noviembre de 2011
Amor constante más allá de la muerte
"Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado."
¿No sabíais que Quevedo escribía poesía amorosa?
¿Ni que un tío tan patológicamente cínico podía poneros los pelos como escarpias?
Pues ahora ya lo sabéis.
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado."
¿No sabíais que Quevedo escribía poesía amorosa?
¿Ni que un tío tan patológicamente cínico podía poneros los pelos como escarpias?
Pues ahora ya lo sabéis.
lunes, 4 de julio de 2011
Herencia católica
Tertuliano de Cártago (ca.160 – ca.220) fue uno de los primeros líderes latinos de la Iglesia.
Leyendo joyas retóricas de su legado, como la de aquí abajo, resulta más fácil entender por qué las cosas son hoy como son:
("Cada mujer debiera estar...) caminando como Eva, acongojada y arrepentida, de manera que por cada vestimenta de penitencia, ella pueda expiar más completamente lo que ella obtuvo de Eva, - el estigma, quiero decir, del primer pecado, y aborrecimiento (atado a ella como la causa) de la perdición humana.
'Con dolor darás a luz a tus hijos, necesitarás de tu marido y él te dominará.'
¿No sabéis que cada una de vosotras es una Eva? la sentencia de Dios en el sexo de vosotras vive en estos tiempos: la culpa debe existir también por necesidad."
"¡Vosotras sois la puerta del infierno!
¡Vosotras sois las que rompieron el sello de aquél árbol (prohibido)!
¡Vosotras sois las primeras desertoras de la ley divina!
¡Vosotras sois las que le persuadieron (a Adán), pues el demonio no tenía el valor suficiente para atacarlo!
¡Vosotras construisteis tan fácilmente a la imagen de Dios, al hombre!
Por causa de lo que vosotras merecíais –esto es, la muerte– aún el Hijo de Dios tuvo que morir!"
"¿Y pensáis en adornaros vosotras mismas y sobre vuestras túnicas de pieles?"
Tertuliano, De Cultu Feminarum, libro 1, capítulo 1.
Leyendo joyas retóricas de su legado, como la de aquí abajo, resulta más fácil entender por qué las cosas son hoy como son:
("Cada mujer debiera estar...) caminando como Eva, acongojada y arrepentida, de manera que por cada vestimenta de penitencia, ella pueda expiar más completamente lo que ella obtuvo de Eva, - el estigma, quiero decir, del primer pecado, y aborrecimiento (atado a ella como la causa) de la perdición humana.
'Con dolor darás a luz a tus hijos, necesitarás de tu marido y él te dominará.'
¿No sabéis que cada una de vosotras es una Eva? la sentencia de Dios en el sexo de vosotras vive en estos tiempos: la culpa debe existir también por necesidad."
"¡Vosotras sois la puerta del infierno!
¡Vosotras sois las que rompieron el sello de aquél árbol (prohibido)!
¡Vosotras sois las primeras desertoras de la ley divina!
¡Vosotras sois las que le persuadieron (a Adán), pues el demonio no tenía el valor suficiente para atacarlo!
¡Vosotras construisteis tan fácilmente a la imagen de Dios, al hombre!
Por causa de lo que vosotras merecíais –esto es, la muerte– aún el Hijo de Dios tuvo que morir!"
"¿Y pensáis en adornaros vosotras mismas y sobre vuestras túnicas de pieles?"
Tertuliano, De Cultu Feminarum, libro 1, capítulo 1.
jueves, 30 de junio de 2011
Oximoron
Un oximoron es una figura literaria consistente en aplicar a una palabra un epíteto que, aparentemente, la contradice, con el objeto de dotar a la expresión de un sentido metafórico.
Por ejemplo, "reinaba un silencio atronador".
Y ahora viene lo bueno:
Oximoron es una palabra de origen griego compuesta de los lexemas "oxýs" (agudo, aguzado, punzante) y "morós" (tonto, estúpido, romo).
Así pues, resulta que "oximoron" es, etimológicamente, un oximoron.
No puedo evitarlo, me fascinan estas polleces.
Por ejemplo, "reinaba un silencio atronador".
Y ahora viene lo bueno:
Oximoron es una palabra de origen griego compuesta de los lexemas "oxýs" (agudo, aguzado, punzante) y "morós" (tonto, estúpido, romo).
Así pues, resulta que "oximoron" es, etimológicamente, un oximoron.
No puedo evitarlo, me fascinan estas polleces.
viernes, 10 de junio de 2011
Los indignaos
Así se refiere la prensa a ellos.
Bueno, así no, claro, en la prensa dicen, o escriben, "indignados", pero de alguna forma suena como si dijeran indignaos, así, un poco en plan arrastrado por el suelo y no muy limpio.
Y despectivo, claro.
Estoy convencido de que más de uno está tentado de poner "los apestaos".
O "los infectaos".
"Los leprosos", incluso.
Pero la cordura les asiste en el último instante y se conforman con llamarles "indignaos", a medio camino entre la burla y la falsa complacencia, pues los indignados se consideran así mismos indignados, de modo que, hablando estrictamente, no pueden reprochar nada a nuestros informadores a ese respecto.
He observado el siguiente fenómeno:
Exactamente el mismo entusiasmo vehemente con el que unánimemente se apoyaba a los indignaos antes de las elecciones, se ha tornado masivamente en hastío, hartazgo y aburrimiento, y ahora a la opinión pública no le podría importar una mierda mayor lo que pase con la acampada -otrora digna, hoy perrofláutica-.
Me parece lógico. Creo que es inherente al propio movimiento.
Cuando acababa de nacer y estaba por definir, y todas las propuestas eran difusas y generales, era fácil adherirse.
En el momento en el que se han concretado ideas, inmediatamente surgen detractores y escépticos que, o bien no están de acuerdo con las propuestas concretas, o bien sospechan que los indignaos ya no son tanto un movimiento espontáneo y apolítico de ciudadanos, sino más bien todo lo contrario.
Se ha perdido la espontaneidad de los inicios, el tinte naïve y un tanto ingenuo e inocente del movimiento recién nacido, y se ha convertido en algo vulgar y cotidiano, un tanto antipático, que la gente ya se cansa de ver día tras día.
Me quedo con los primeros días, cuando nos cogió a todos por -agradable- sorpresa y hasta nos emocionamos un poco al ver que alguien movía un dedo en este país.
Bueno, así no, claro, en la prensa dicen, o escriben, "indignados", pero de alguna forma suena como si dijeran indignaos, así, un poco en plan arrastrado por el suelo y no muy limpio.
Y despectivo, claro.
Estoy convencido de que más de uno está tentado de poner "los apestaos".
O "los infectaos".
"Los leprosos", incluso.
Pero la cordura les asiste en el último instante y se conforman con llamarles "indignaos", a medio camino entre la burla y la falsa complacencia, pues los indignados se consideran así mismos indignados, de modo que, hablando estrictamente, no pueden reprochar nada a nuestros informadores a ese respecto.
He observado el siguiente fenómeno:
Exactamente el mismo entusiasmo vehemente con el que unánimemente se apoyaba a los indignaos antes de las elecciones, se ha tornado masivamente en hastío, hartazgo y aburrimiento, y ahora a la opinión pública no le podría importar una mierda mayor lo que pase con la acampada -otrora digna, hoy perrofláutica-.
Me parece lógico. Creo que es inherente al propio movimiento.
Cuando acababa de nacer y estaba por definir, y todas las propuestas eran difusas y generales, era fácil adherirse.
En el momento en el que se han concretado ideas, inmediatamente surgen detractores y escépticos que, o bien no están de acuerdo con las propuestas concretas, o bien sospechan que los indignaos ya no son tanto un movimiento espontáneo y apolítico de ciudadanos, sino más bien todo lo contrario.
Se ha perdido la espontaneidad de los inicios, el tinte naïve y un tanto ingenuo e inocente del movimiento recién nacido, y se ha convertido en algo vulgar y cotidiano, un tanto antipático, que la gente ya se cansa de ver día tras día.
Me quedo con los primeros días, cuando nos cogió a todos por -agradable- sorpresa y hasta nos emocionamos un poco al ver que alguien movía un dedo en este país.
domingo, 13 de febrero de 2011
Café
Supongamos que estás tomando un café en una mesa de tu cafetería favorita.
Sabe delicioso, lo disfrutas, lo paladeas, estás encantado con tu café, no quieres que se acabe nunca.
Supongamos también que, por medios que no vienen a cuento, descubres que la taza contiene, además de café, una generosa dosis de lejía, por lo que si continúas bebiendo, morirás.
Y sin embargo, inexplicablemente, el café sabe tan bien...
Das otro sorbito.
Sólo uno.
Va, dos.
Venga, tres y ya.
Imaginemos que ahora hace su entrada en escena un amigo tuyo con el que habías quedado. Se sienta frente a ti y te recomienda, con buen juicio, que no pruebes ni una gota más.
Dejas el café en la mesa. De hecho, sales con tu amigo de la cafetería para no volver jamás.
Pero a estas alturas tienes una úlcera del tamaño del lago Michigan y pasas muchos meses de dolores y malestar hasta que te repones casi completamente.
Largo tiempo después, alguien te hace saber que te espera para tomar un café en esa puñetera cafetería.
¿Aceptas?
Pues yo tampoco.
Sabe delicioso, lo disfrutas, lo paladeas, estás encantado con tu café, no quieres que se acabe nunca.
Supongamos también que, por medios que no vienen a cuento, descubres que la taza contiene, además de café, una generosa dosis de lejía, por lo que si continúas bebiendo, morirás.
Y sin embargo, inexplicablemente, el café sabe tan bien...
Das otro sorbito.
Sólo uno.
Va, dos.
Venga, tres y ya.
Imaginemos que ahora hace su entrada en escena un amigo tuyo con el que habías quedado. Se sienta frente a ti y te recomienda, con buen juicio, que no pruebes ni una gota más.
Dejas el café en la mesa. De hecho, sales con tu amigo de la cafetería para no volver jamás.
Pero a estas alturas tienes una úlcera del tamaño del lago Michigan y pasas muchos meses de dolores y malestar hasta que te repones casi completamente.
Largo tiempo después, alguien te hace saber que te espera para tomar un café en esa puñetera cafetería.
¿Aceptas?
Pues yo tampoco.
viernes, 21 de enero de 2011
What if you slept?
What if you slept?
And what if, in your sleep, you dreamed?
And what if, in your dream, you went to heaven and there plucked a strange and beautiful flower?
And what if, when you awoke, you had the flower in your hand?
Ah, what then?
Coleridge anhelaba una flor de ensueño, algo imposible de obtener; finalmente pregunta con cierto aire de abatimiento, "entonces qué?". ¿Qué pasa cuando se logra alcanzar lo imposible? ¿el mayor de tus anhelos?
No sé si es lo que implicaba Coleridge con este delicioso poema romántico, pero creo que se puede extraer la lectura de que la persecución de un objetivo es mejor combustible que su consecución.
Es curioso como, en muchas ocasiones, la satisfacción es mayor cuando se busca algo que cuando se consigue. Es una sensación mucho más duradera y creciente, la del éxito, por el contrario, es efímera y tiende a disminuir rápidamente con el paso del tiempo, lo que nos lleva a buscar una nueva meta que nos mantenga en marcha.
Y esto me lleva a acordarme de los 90, cuando se grababan cintas que os currabais durante meses porque algunas canciones no había dónde encontrarlas, pero al final te buscabas la vida y se lograba y, más mal que bien, tenías tu cinta-collage.
O los juegos de ordenador, a los que jugabas durante meses porque te había costado horrores conseguirlo.
Ahora un click de ratón nos trae las discografías completas de varios grupos que posiblemente nunca lleguemos a escuchar, películas que no llegaremos a ver y juegos a los que no llegaremos a jugar más que unas pocas horas...
Quizás todo va demasiado deprisa.
Espero ansioso el premio a la Mayor Divagación Errática y Caótica, Edición 2011.
And what if, in your sleep, you dreamed?
And what if, in your dream, you went to heaven and there plucked a strange and beautiful flower?
And what if, when you awoke, you had the flower in your hand?
Ah, what then?
Coleridge anhelaba una flor de ensueño, algo imposible de obtener; finalmente pregunta con cierto aire de abatimiento, "entonces qué?". ¿Qué pasa cuando se logra alcanzar lo imposible? ¿el mayor de tus anhelos?
No sé si es lo que implicaba Coleridge con este delicioso poema romántico, pero creo que se puede extraer la lectura de que la persecución de un objetivo es mejor combustible que su consecución.
Es curioso como, en muchas ocasiones, la satisfacción es mayor cuando se busca algo que cuando se consigue. Es una sensación mucho más duradera y creciente, la del éxito, por el contrario, es efímera y tiende a disminuir rápidamente con el paso del tiempo, lo que nos lleva a buscar una nueva meta que nos mantenga en marcha.
Y esto me lleva a acordarme de los 90, cuando se grababan cintas que os currabais durante meses porque algunas canciones no había dónde encontrarlas, pero al final te buscabas la vida y se lograba y, más mal que bien, tenías tu cinta-collage.
O los juegos de ordenador, a los que jugabas durante meses porque te había costado horrores conseguirlo.
Ahora un click de ratón nos trae las discografías completas de varios grupos que posiblemente nunca lleguemos a escuchar, películas que no llegaremos a ver y juegos a los que no llegaremos a jugar más que unas pocas horas...
Quizás todo va demasiado deprisa.
Espero ansioso el premio a la Mayor Divagación Errática y Caótica, Edición 2011.
jueves, 20 de enero de 2011
Blader Runner 2, el Regreso.
He leído por ahí que algún degenerado sin escrúpulos pretende rodar la segunda parte de Blade Runner.
Muy bien, claro que sí.
Y de paso escúpeme en la cara. Méate sobre las fotos calcinadas de Ridley Scott y Harrison Ford. Baila sobre la tumba de Isaac Asimov al ritmo de la banda sonora de Vangelis. ¡Hazme tragar unicornios de origami, arráncame los ojos, criogenízalos, dámelos de comer y échame limon en las cuencas vacías!
En su día me compré el cofrede friki de coleccionista, que incluye cuatro versiones completas de la película, lo prometo: el montaje especial con escenas añadidas, el estreno de 1982 en cines, el estreno internacional de 1982, y el montaje del director de 1992.
Y aún existen dos versiones de trabajo para preestrenos y festivales y una versión para televisión con los contenidos "ofensivos" editados, que alguien tuvo la decencia de no incluir en el box de coleccionista.
Siempre me ha parecido blásfemo y sacrílego todo ese baile de versiones, ediciones, cortes y demás copy-pastes.
De todas estas, y por razones que no puedo revelar aquí, pero que cualquiera que haya visto las diferentes versiones (unas cuantas veces) podrá identificar, las únicas en las que la historia mantiene su integridad argumental y la totalidad del trasfondo existencialista que subyace bajo la misma, son la primera y la última del cofre.
Las otras están repletas de imposiciones por parte de la Warner como la voz en off que tanto Ridley Scott como Harrison Ford intentaron eliminar hasta el último momento sin éxito. O la supresión de escenas (alguna de ellas esencial). O la adición de otras escenas (¡tomadas de otras películas!) con el propósito de hacer la peli más comercial pero contribuyendo a emborronar y deformar la historia.
En definitiva, toda clase de pastiches, aberraciones y atrocidades cometidas de la forma más chapucera y cutre.
Y ahora, no contento con todas estas afrentas a una obra maestra del cine, total, redonda y definitiva, un iluminado carente de toda ética ha pensado que es una buena idea hacer Blade Runner II, el Regreso, con Harrison Ford y Rutger Heuer en la cúspide de su carrera, o mejor aún, con actores a los que no conozcan ni en su casa a la hora de comer, preferiblemente extirpados de una selección de los mejores telefilmes emitidos por Antena3 a la hora de la siesta como Decisión Final o Juego Mortal. O Juego Final. O Decisión Mortal, bueno, ya sabéis cómo va esto.
Y sucederá como con Star Wars.
Antes se podía afirmar sin miedo que uno era fan de Star Wars y todo el mundo lo entendía a la primera. Era muy fácil, te gustaba Star Wars y punto.
Ahora no, ahora tienes que precisar que la que te gusta es la primera trilogía, pero la primera que se rodó, claro, no la que cuenta la primera parte de la historia, que se rodó después pero cronológicamente sucede antes... ¿y por qué? ¿por qué tanto dolor? ¿qué necesidad había de complicarlo todo rodando un truño infumable lleno de personajes ridículos que mancilla una trilogía mítica?
Las cosas estaban bien como estaban, rodar una precuela de Star Wars era tan absolutamente accesorio y carente de sentido como, digamos, rodar una secuela de Blade Runner.
Por lo que a mí respecta sólo existe una trilogía de Star Wars, nunca se rodaron una tercera y cuarta parte de Alien y Blade Runner no tiene y nunca tendrá una segunda parte.
Muy bien, claro que sí.
Y de paso escúpeme en la cara. Méate sobre las fotos calcinadas de Ridley Scott y Harrison Ford. Baila sobre la tumba de Isaac Asimov al ritmo de la banda sonora de Vangelis. ¡Hazme tragar unicornios de origami, arráncame los ojos, criogenízalos, dámelos de comer y échame limon en las cuencas vacías!
Recreación de un hipotético visionado de Blade Runner 2
En su día me compré el cofre
Y aún existen dos versiones de trabajo para preestrenos y festivales y una versión para televisión con los contenidos "ofensivos" editados, que alguien tuvo la decencia de no incluir en el box de coleccionista.
Siempre me ha parecido blásfemo y sacrílego todo ese baile de versiones, ediciones, cortes y demás copy-pastes.
De todas estas, y por razones que no puedo revelar aquí, pero que cualquiera que haya visto las diferentes versiones (unas cuantas veces) podrá identificar, las únicas en las que la historia mantiene su integridad argumental y la totalidad del trasfondo existencialista que subyace bajo la misma, son la primera y la última del cofre.
Las otras están repletas de imposiciones por parte de la Warner como la voz en off que tanto Ridley Scott como Harrison Ford intentaron eliminar hasta el último momento sin éxito. O la supresión de escenas (alguna de ellas esencial). O la adición de otras escenas (¡tomadas de otras películas!) con el propósito de hacer la peli más comercial pero contribuyendo a emborronar y deformar la historia.
En definitiva, toda clase de pastiches, aberraciones y atrocidades cometidas de la forma más chapucera y cutre.
Y ahora, no contento con todas estas afrentas a una obra maestra del cine, total, redonda y definitiva, un iluminado carente de toda ética ha pensado que es una buena idea hacer Blade Runner II, el Regreso, con Harrison Ford y Rutger Heuer en la cúspide de su carrera, o mejor aún, con actores a los que no conozcan ni en su casa a la hora de comer, preferiblemente extirpados de una selección de los mejores telefilmes emitidos por Antena3 a la hora de la siesta como Decisión Final o Juego Mortal. O Juego Final. O Decisión Mortal, bueno, ya sabéis cómo va esto.
Ha visto cosas que sus nietos no creerían
Y sucederá como con Star Wars.
Antes se podía afirmar sin miedo que uno era fan de Star Wars y todo el mundo lo entendía a la primera. Era muy fácil, te gustaba Star Wars y punto.
Ahora no, ahora tienes que precisar que la que te gusta es la primera trilogía, pero la primera que se rodó, claro, no la que cuenta la primera parte de la historia, que se rodó después pero cronológicamente sucede antes... ¿y por qué? ¿por qué tanto dolor? ¿qué necesidad había de complicarlo todo rodando un truño infumable lleno de personajes ridículos que mancilla una trilogía mítica?
Luke, yo soy tu padre...
Las cosas estaban bien como estaban, rodar una precuela de Star Wars era tan absolutamente accesorio y carente de sentido como, digamos, rodar una secuela de Blade Runner.
Por lo que a mí respecta sólo existe una trilogía de Star Wars, nunca se rodaron una tercera y cuarta parte de Alien y Blade Runner no tiene y nunca tendrá una segunda parte.
miércoles, 19 de enero de 2011
¿Estamos solos?
Me dice Una Que Yo Me Sé, que ha aprendido a no contar con nadie.
No me lo dice gravemente, no hay un ápice de dramatismo en su afirmación, sino como un hecho cierto e innegociable, como el triste producto de la experiencia propia ante el que uno tiene que resignarse.
Lo escucho y me entristezco un poco, no porque me sienta aludido, sino porque temo que tenga razón y que lo único que me haya impedido llegar a la misma conclusión es que ella me lleve un par de vueltas de ventaja en estas cosas.
Es verdad que hay gente que antes estaba cerca y ahora, simplemente, no está, pero también es cierto que hay muchos que permanecen y se mantienen ahí, contra viento y marea, inasequibles al desaliento.
Y lo cierto es que a mí me reconforta pensar que uno no está solo en este viaje. Y también que otros, a su vez, verán en uno un faro que les guíe hasta tierra en alguna noche oscura de tormenta.
Llamadlo ingenuidad. O será que algún día me llevaré un buen chasco, pero por el momento me siento más feliz pensando así.
Qué tonto, ¿no?
No me lo dice gravemente, no hay un ápice de dramatismo en su afirmación, sino como un hecho cierto e innegociable, como el triste producto de la experiencia propia ante el que uno tiene que resignarse.
Lo escucho y me entristezco un poco, no porque me sienta aludido, sino porque temo que tenga razón y que lo único que me haya impedido llegar a la misma conclusión es que ella me lleve un par de vueltas de ventaja en estas cosas.
Es verdad que hay gente que antes estaba cerca y ahora, simplemente, no está, pero también es cierto que hay muchos que permanecen y se mantienen ahí, contra viento y marea, inasequibles al desaliento.
Y lo cierto es que a mí me reconforta pensar que uno no está solo en este viaje. Y también que otros, a su vez, verán en uno un faro que les guíe hasta tierra en alguna noche oscura de tormenta.
Llamadlo ingenuidad. O será que algún día me llevaré un buen chasco, pero por el momento me siento más feliz pensando así.
Qué tonto, ¿no?
martes, 4 de enero de 2011
Cold turkey
Seré sincero.
También fue por su culpa, también fue la responsable.
Y también cai como un idiota, era fácil.
No fue voluntario, ya lo sé, pero a quién le importa.
Ahora me voy a sacudir este yugo de encima, y lo voy a hacer a lo bestia, de una vez.
Y todo volverá a ser normal.
Afortunadamente dejé migas de pan.
Y sabré regresar.
También fue por su culpa, también fue la responsable.
Y también cai como un idiota, era fácil.
No fue voluntario, ya lo sé, pero a quién le importa.
Ahora me voy a sacudir este yugo de encima, y lo voy a hacer a lo bestia, de una vez.
Y todo volverá a ser normal.
Afortunadamente dejé migas de pan.
Y sabré regresar.
viernes, 19 de noviembre de 2010
Deshipotecado
Ya no soy un hombre endeudado.
Ya, ya lo sé, durante un año podría haber exprimido la evocación del potencial drama novelesco que conlleva ser un tipo endeudado, podría haberme emborrachado y haberme jugado el coche en una timba, o haber asesinado por dinero... pero la verdad es que no hay nada de novelesco ni de poético en tener una hipoteca.
Al principio un poco de nervios, luego cada uno jugamos nuestro papel, ella (hace tiempo que ella es "ella", en minúsculas) el de "soy amable y graciosa, caigo bien", yo el de "soy educado y chistoso, también caigo bien" los dos el de "somos maduros y civilizados" y la tarde transcurrió con algún contratiempo de carácter burocrático pero sin demasiadas tensiones.
Sólo espero que la fortuna nunca me vuelva a extraviar por sus tierras, ni a ella por las mías, que ni siquiera nos crucemos en el camino, y que sea feliz sin que yo jamás lo sepa, ni quiera.
Ahora sí que, al fin, se cierra una puerta que esconde cosas demasiado oscuras como para no querer cerrarla con llave.
Otras puertas nuevas se abren...
Ya, ya lo sé, durante un año podría haber exprimido la evocación del potencial drama novelesco que conlleva ser un tipo endeudado, podría haberme emborrachado y haberme jugado el coche en una timba, o haber asesinado por dinero... pero la verdad es que no hay nada de novelesco ni de poético en tener una hipoteca.
Al principio un poco de nervios, luego cada uno jugamos nuestro papel, ella (hace tiempo que ella es "ella", en minúsculas) el de "soy amable y graciosa, caigo bien", yo el de "soy educado y chistoso, también caigo bien" los dos el de "somos maduros y civilizados" y la tarde transcurrió con algún contratiempo de carácter burocrático pero sin demasiadas tensiones.
Sólo espero que la fortuna nunca me vuelva a extraviar por sus tierras, ni a ella por las mías, que ni siquiera nos crucemos en el camino, y que sea feliz sin que yo jamás lo sepa, ni quiera.
Ahora sí que, al fin, se cierra una puerta que esconde cosas demasiado oscuras como para no querer cerrarla con llave.
Otras puertas nuevas se abren...
domingo, 24 de octubre de 2010
Camelánea espelifucia
Como el fasgo sendal de la pandurga
remurmucia la pínola plateca,
así el chungo del gran Perrontoreca
con la garcha cuesquina sapreturga.
Diquelón, el sinfurcio flamenurga
con carrucios de ardoz en la testeca,
y en limpornia simpla y con merleca
se amacoplan Segriz y Trampalurga.
La chalema, ni encurde, ni arropija;
la redopsia, ni enfucha, ni escoriaza;
y enchimplando en sus trepas la escondrija,
con casconcia ventral que encalambrija,
dice la escartibuncia mermelaza:
¡Qué inocentividad tan cuncunija!
Juan Pérez Zúñiga
No me diréis que no os dulcea las orjizas.
remurmucia la pínola plateca,
así el chungo del gran Perrontoreca
con la garcha cuesquina sapreturga.
Diquelón, el sinfurcio flamenurga
con carrucios de ardoz en la testeca,
y en limpornia simpla y con merleca
se amacoplan Segriz y Trampalurga.
La chalema, ni encurde, ni arropija;
la redopsia, ni enfucha, ni escoriaza;
y enchimplando en sus trepas la escondrija,
con casconcia ventral que encalambrija,
dice la escartibuncia mermelaza:
¡Qué inocentividad tan cuncunija!
Juan Pérez Zúñiga
No me diréis que no os dulcea las orjizas.
domingo, 17 de octubre de 2010
Soluciones.
Después de una orgía de despidos sin precedentes, el director general de mi empresa quiere reunir a todos los empleados restantes en un auditorio de un centro comercial cercano a LugarDondeTrabajo para compartir con nosotros los planes de futuro de la compañía.
En unos días en los que la rumorología goza de una salud excelente, se han disparado inevitablemente las conjeturas y las hipótesis.
Los sondeos a pie de cafetera indican que la opinión más extendida es que van a gasearnos.
En unos días en los que la rumorología goza de una salud excelente, se han disparado inevitablemente las conjeturas y las hipótesis.
Los sondeos a pie de cafetera indican que la opinión más extendida es que van a gasearnos.
martes, 12 de octubre de 2010
Aprendiendo a vivir.
-Hola, buenas.
-Buenas...
-Mire, quería una caja de tacos y otra de alcayatas.
-¿Cómo las quieres?
-Ehmmm... pues no sé, normales.
-Ya, pero ¿del 5? ¿del 7? ¿del 25? ¿con apertura angular? ¿con rosca de penetración? ¿con liposomas?
-¿Eh?
-¿A ver, para qué son?
-Pues... para colgar algo en la pared, claro.
-Ya, pero qué quieres colgar.
-Ehmmm... una lámina muy chula que adquirí en Irlanda el año pasado y...
-No, no, pero que cómo es, ¿misotrópica? ¿esferular?
-Pues oiga, no sé, una lámina, normal, rectangular, plana... ¡una lámina!
-Ya, pero es que a ver, si la lámina es churriforme, vas a necesitar unos tacos reforzados con zurilio que se embrostan cuando los esforcilas, por el contrario, si es chachimórfica, deberás tener cuidado de que las alcayatas no se endrinen cuando las junjurcies, para lo cual puedes elegir entre que los tacos sean del tipo 3-Alfa Centauri, o que las alcayatas sean de categoría Lolailo-Lailo, pero nunca jamás las dos cosas a la vez, pues de lo contrario implotaría el Universo. ¿Qué decides?
-¿Quién es usted?, ¿Mayra Gómez-Kemp? tengo miedo.
-A ver, chaval, si está muy claro, mira: o alabardas la lámina esa, o la mocheas. ¿Tienes un rejunciador atómico en casa?
-Pues no, que yo sepa...
-Bueno, te puede valer con un destornillador, una goma de borrar y un pimiento morrón... mira, lo mejor es que traigas la lámina y la pared, y ya te diré yo lo que necesitas.
-La pared, ¿no?. Claro, claro, en un rato vuelvo con todo.
-Venga chaval.
-Venga.
-Buenas...
-Mire, quería una caja de tacos y otra de alcayatas.
-¿Cómo las quieres?
-Ehmmm... pues no sé, normales.
-Ya, pero ¿del 5? ¿del 7? ¿del 25? ¿con apertura angular? ¿con rosca de penetración? ¿con liposomas?
-¿Eh?
-¿A ver, para qué son?
-Pues... para colgar algo en la pared, claro.
-Ya, pero qué quieres colgar.
-Ehmmm... una lámina muy chula que adquirí en Irlanda el año pasado y...
-No, no, pero que cómo es, ¿misotrópica? ¿esferular?
-Pues oiga, no sé, una lámina, normal, rectangular, plana... ¡una lámina!
-Ya, pero es que a ver, si la lámina es churriforme, vas a necesitar unos tacos reforzados con zurilio que se embrostan cuando los esforcilas, por el contrario, si es chachimórfica, deberás tener cuidado de que las alcayatas no se endrinen cuando las junjurcies, para lo cual puedes elegir entre que los tacos sean del tipo 3-Alfa Centauri, o que las alcayatas sean de categoría Lolailo-Lailo, pero nunca jamás las dos cosas a la vez, pues de lo contrario implotaría el Universo. ¿Qué decides?
-¿Quién es usted?, ¿Mayra Gómez-Kemp? tengo miedo.
-A ver, chaval, si está muy claro, mira: o alabardas la lámina esa, o la mocheas. ¿Tienes un rejunciador atómico en casa?
-Pues no, que yo sepa...
-Bueno, te puede valer con un destornillador, una goma de borrar y un pimiento morrón... mira, lo mejor es que traigas la lámina y la pared, y ya te diré yo lo que necesitas.
-La pared, ¿no?. Claro, claro, en un rato vuelvo con todo.
-Venga chaval.
-Venga.
miércoles, 7 de julio de 2010
Indefinición
Inconscientemente voy poniendo piedras. O las voy quitando.
Y me angustio, y no sé explicar por qué. O sí se explicar por qué, pero no quiero, o no me lo permito.
Yo, que siempre he tendido a caminar por terreno firme, ¿por qué me arriesgo a tomar el camino pedregoso? y entre tanto me convenzo de que todo es inocuo, y no me lo creo.
Y cuando miro sólo veo cosas buenas, y no lo entiendo. No es justo. Es cualquier cosa menos justo.
Ortigueira refresca la mente y el cuerpo, necesito un poco de eso.
Sé que no puedo ser más críptico, pero no puedo ser más claro.
Y me angustio, y no sé explicar por qué. O sí se explicar por qué, pero no quiero, o no me lo permito.
Yo, que siempre he tendido a caminar por terreno firme, ¿por qué me arriesgo a tomar el camino pedregoso? y entre tanto me convenzo de que todo es inocuo, y no me lo creo.
Y cuando miro sólo veo cosas buenas, y no lo entiendo. No es justo. Es cualquier cosa menos justo.
Ortigueira refresca la mente y el cuerpo, necesito un poco de eso.
Sé que no puedo ser más críptico, pero no puedo ser más claro.
martes, 6 de julio de 2010
Reflexión rápida
A veces me entra un poco de miedo y no sé si estoy haciendo las cosas bien o qué es lo que quiero hacer con mi vida... pero sólo a veces.
jueves, 1 de julio de 2010
Más critica literaria
La semana pasada me dejé caer por el FNAC sin intención de comprar nada y, como no podía ser de otra forma, salí de allí con cuatro libros.
Y si mi acompañante no me hubiese hecho reparar en el hecho de que mientras mi boca juraba y perjuraba que ese era el último, mis manos cogían más y más libros y los añadían a los que ya tenía, probablemente habría caído alguno más.
Estas son mis adquisiciones:
1-El Curioso Incidente del Perro a Medianoche.
2-Catch-22.
3-El Corazón en las Tinieblas.
4-Orgullo y Prejuicio.
5-The Handmaid's tale.
El primero me fue recomendado hasta la saciedad, y ahora que por fin lo estoy leyendo, entiendo por qué... es original, hilarante, inteligente y a la vez despierta en mí una gran empatía por la especial condición del protagonista... no lo he terminado, pero por ahora es muy recomendable.
Catch-22 es una novela narrada de manera aparentemente caótica y repetitiva, pero bajo esta aparente anarquía subyace un orden conseguido mediante asociación de ideas, ademásd de una crítica feroz contra los burócratas... me está costando, pero sigo con él.
El corazón en las tinieblas surgió en una conversación con UnaQueYoMeSé, mi inspiradora literaria oficial que ahora escribe más en serio que nunca :), y está en reserva. Le tengo ganas.
Orgullo y Prejuicio es un clásico que tuve y perdí, así que lo he recuperado. Merece una relectura, porque casi no lo recuerdo.
Y finalmente está The Handmaid's Tale, una obra maestra, total, redonda y definitiva. Distopía futurista desde un enfoque diferente y un resultado demoledor que, a mí, personalmente, me marcó para siempre. ¿Para cuándo el Nobel de Literatura para Margaret Atwood? No era mío el ejemplar que leí y es uno de esos libros que quiero en mi biblioteca.
Y si mi acompañante no me hubiese hecho reparar en el hecho de que mientras mi boca juraba y perjuraba que ese era el último, mis manos cogían más y más libros y los añadían a los que ya tenía, probablemente habría caído alguno más.
Estas son mis adquisiciones:
1-El Curioso Incidente del Perro a Medianoche.
2-Catch-22.
3-El Corazón en las Tinieblas.
4-Orgullo y Prejuicio.
5-The Handmaid's tale.
El primero me fue recomendado hasta la saciedad, y ahora que por fin lo estoy leyendo, entiendo por qué... es original, hilarante, inteligente y a la vez despierta en mí una gran empatía por la especial condición del protagonista... no lo he terminado, pero por ahora es muy recomendable.
Catch-22 es una novela narrada de manera aparentemente caótica y repetitiva, pero bajo esta aparente anarquía subyace un orden conseguido mediante asociación de ideas, ademásd de una crítica feroz contra los burócratas... me está costando, pero sigo con él.
El corazón en las tinieblas surgió en una conversación con UnaQueYoMeSé, mi inspiradora literaria oficial que ahora escribe más en serio que nunca :), y está en reserva. Le tengo ganas.
Orgullo y Prejuicio es un clásico que tuve y perdí, así que lo he recuperado. Merece una relectura, porque casi no lo recuerdo.
Y finalmente está The Handmaid's Tale, una obra maestra, total, redonda y definitiva. Distopía futurista desde un enfoque diferente y un resultado demoledor que, a mí, personalmente, me marcó para siempre. ¿Para cuándo el Nobel de Literatura para Margaret Atwood? No era mío el ejemplar que leí y es uno de esos libros que quiero en mi biblioteca.
lunes, 14 de junio de 2010
Retrospectiva y presente
Hace poco más de un año no era más que un cadáver andante, una patética carcasa vacía, desposeída de cualquier emoción que no fuera una infinita tristeza.
Cuando lo recuerdo casi parece un mal sueño o, peor aún, el producto facilón de la mente de algún escritor mediocre de novela romántica.
Pero fue real, y conviene no olvidarlo.
Y ahora la vida me sonríe. Y los hados me favorecen y el destino se torna halagüeño.
Porque a veces uno se lleva agradables sorpresas y aprende a valorar lo que merece ser valorado. Y aprende de los errores del pasado, y del calvario sufrido, y crece como persona y se vuelve más fuerte.
Y cada vez hay menos tropezones y el camino es más llano, y el viento sopla a favor y la tormenta se repliega para permitir que el sol nos caliente.
Y vuelvo a beber del arroyo y el agua está fresca, y no envenenada, y me llena de vigor y de confort en lugar de enfermarme.
Claro que aún escuece a veces, qué tontería, y que puede que alguna cicatriz me acompañe el resto de mi vida. ¿Alguna vez fui tan ingenuo como para pensar que no sería así?
Pero el tiempo hace su labor y las heridas sanan.
Nunca tuve la certeza de que sería así, sólo la intuición.
Cuando lo recuerdo casi parece un mal sueño o, peor aún, el producto facilón de la mente de algún escritor mediocre de novela romántica.
Pero fue real, y conviene no olvidarlo.
Y ahora la vida me sonríe. Y los hados me favorecen y el destino se torna halagüeño.
Porque a veces uno se lleva agradables sorpresas y aprende a valorar lo que merece ser valorado. Y aprende de los errores del pasado, y del calvario sufrido, y crece como persona y se vuelve más fuerte.
Y cada vez hay menos tropezones y el camino es más llano, y el viento sopla a favor y la tormenta se repliega para permitir que el sol nos caliente.
Y vuelvo a beber del arroyo y el agua está fresca, y no envenenada, y me llena de vigor y de confort en lugar de enfermarme.
Claro que aún escuece a veces, qué tontería, y que puede que alguna cicatriz me acompañe el resto de mi vida. ¿Alguna vez fui tan ingenuo como para pensar que no sería así?
Pero el tiempo hace su labor y las heridas sanan.
Nunca tuve la certeza de que sería así, sólo la intuición.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Los Planetas son para el verano
No no se me ha ido la olla, es que hace un rato he puesto mi lista de Los Planetas en Spotify y, mientras los escucho, me he dado cuenta de una cosa curiosa.
Debía de andar la década de los 90 cerca de su ecuador cuando descubrí a este grupo y me aficioné a ellos poco a poco, casi canción por canción.
Después, como supongo que le sucede a todo el mundo con los grupos que les gustan, he pasado por etapas de mayor o menor acercamiento a su música.
Pero este verano marcó un punto de inflexión en este recorrido oscilante. Este verano me empapé de Los Planetas, me los bebí, me revolqué en ellos y salí impregnado de su esencia, de sus letras y de su música.
Si Jota así me lo indicaba, me podía sentir rebelde, dolido, vengativo, cínico, optimista, melancólico, perdedor, socarrón...
Reconozco que muchas tardes de ese verano me resultó muy cómodo dejarme llevar por la extraña mezcla de rabia y resignación que desprenden muchas de sus canciones... otras me hicieron sonreir asintiendo y otra que había oido ya mil veces, y que escuché otras mil este verano, me contó mi propia historia.
Fue tan intenso el proceso y me resultó tan placentero refugiarme en la música (no sólo en Los Planetas, pero sí mucho) que, por puro condicionamiento, ahora, mientras los escucho, veo (y huelo, y siento) esos días de verano, el calor, la manga corta, las cervezas en terrazas...
Y lo bueno es que, después de uno de los peores veranos de mi vida (superado gracias a barbacoas, viajes a Ortigueira, Londres, Cullera y Barcelona y el esfuerzo de mis amigos, claro), las sensaciones que acompañan a Los Planetas no son negativas, sino más bien agradables, y me evocan algo que, paradójicamente, no se encuentra situado en el pasado, sino en el futuro.
Si de mí depende, el próximo verano lo voy a disfrutar como no he disfrutado un verano desde hace mucho tiempo, que me lo he ganado.
Debía de andar la década de los 90 cerca de su ecuador cuando descubrí a este grupo y me aficioné a ellos poco a poco, casi canción por canción.
Después, como supongo que le sucede a todo el mundo con los grupos que les gustan, he pasado por etapas de mayor o menor acercamiento a su música.
Pero este verano marcó un punto de inflexión en este recorrido oscilante. Este verano me empapé de Los Planetas, me los bebí, me revolqué en ellos y salí impregnado de su esencia, de sus letras y de su música.
Si Jota así me lo indicaba, me podía sentir rebelde, dolido, vengativo, cínico, optimista, melancólico, perdedor, socarrón...
Reconozco que muchas tardes de ese verano me resultó muy cómodo dejarme llevar por la extraña mezcla de rabia y resignación que desprenden muchas de sus canciones... otras me hicieron sonreir asintiendo y otra que había oido ya mil veces, y que escuché otras mil este verano, me contó mi propia historia.
Fue tan intenso el proceso y me resultó tan placentero refugiarme en la música (no sólo en Los Planetas, pero sí mucho) que, por puro condicionamiento, ahora, mientras los escucho, veo (y huelo, y siento) esos días de verano, el calor, la manga corta, las cervezas en terrazas...
Y lo bueno es que, después de uno de los peores veranos de mi vida (superado gracias a barbacoas, viajes a Ortigueira, Londres, Cullera y Barcelona y el esfuerzo de mis amigos, claro), las sensaciones que acompañan a Los Planetas no son negativas, sino más bien agradables, y me evocan algo que, paradójicamente, no se encuentra situado en el pasado, sino en el futuro.
Si de mí depende, el próximo verano lo voy a disfrutar como no he disfrutado un verano desde hace mucho tiempo, que me lo he ganado.
miércoles, 27 de enero de 2010
Upbeat
No me deis por muerto, chicos, sigo por aquí, más vivo que nunca, reorganizando mi vida desde mis cuarteles de invierno y haciendo cosas que me gustan.
Creo que me pica el gusanillo del blog otra vez, pero esta vez ya como algo puramente lúdico, yo diría que el efecto terapéutico de escribir siempre estará ahí, pero ya no lo necesito en la misma medida, por fortuna.
Desde septiembre hasta ahora han pasado infinidad de cosas, casi todas buenas; algunas se pueden contar, otras, desgraciadamente, no...
Cuando llegue el momento entraré en detalles, de forma un poco desorganizada, como acostumbro, aunque trataré de seguir un orden cronológico... a modo de resumen os diré que:
octubre fue un mes de transición, pasé mi primer resfriado del invierno, disfruté la compañía de mis amigos en un lugar ignoto en el culo del mundo (aunque había barbacoa y eso suple cualquier otra carencia :)) y me mudé de casa (por fin vivo en el centro de Madrid!).
Noviembre fue... bien, esto es justo lo que no puedo contar, pero es sin duda lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo... (y no me refiero a la visita de Timeshock, que fue otro de los momentos álgidos del mes, sin duda). Segundo resfriado del invierno.
Diciembre me ha llevado a la ciudad de los rascacielos y a disfrutar de la Navidad como hacía mucho que no disfrutaba... me gusta el cambio. Tercer resfriado del invierno (tres en tres meses, yo creo que ya, ¿no?).
Enero... bueno, aunque esté agonizante, enero aún no ha terminado, pero ha sido el mes de la estabilidad (espero que definitiva) y no puedo sino agradecerle haber gozado cada momento de sus viernes y sus sábados, que ya no son tristes y oscuros, ni siquiera insulsos y anodinos, sino luminosos, alegres y cálidos, por mucho que fuera llueva, nieve y hiele :).
Creo que he vuelto, pero aún no las tengo todas conmigo... seréis los primeros en saberlo.
Creo que me pica el gusanillo del blog otra vez, pero esta vez ya como algo puramente lúdico, yo diría que el efecto terapéutico de escribir siempre estará ahí, pero ya no lo necesito en la misma medida, por fortuna.
Desde septiembre hasta ahora han pasado infinidad de cosas, casi todas buenas; algunas se pueden contar, otras, desgraciadamente, no...
Cuando llegue el momento entraré en detalles, de forma un poco desorganizada, como acostumbro, aunque trataré de seguir un orden cronológico... a modo de resumen os diré que:
octubre fue un mes de transición, pasé mi primer resfriado del invierno, disfruté la compañía de mis amigos en un lugar ignoto en el culo del mundo (aunque había barbacoa y eso suple cualquier otra carencia :)) y me mudé de casa (por fin vivo en el centro de Madrid!).
Noviembre fue... bien, esto es justo lo que no puedo contar, pero es sin duda lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo... (y no me refiero a la visita de Timeshock, que fue otro de los momentos álgidos del mes, sin duda). Segundo resfriado del invierno.
Diciembre me ha llevado a la ciudad de los rascacielos y a disfrutar de la Navidad como hacía mucho que no disfrutaba... me gusta el cambio. Tercer resfriado del invierno (tres en tres meses, yo creo que ya, ¿no?).
Enero... bueno, aunque esté agonizante, enero aún no ha terminado, pero ha sido el mes de la estabilidad (espero que definitiva) y no puedo sino agradecerle haber gozado cada momento de sus viernes y sus sábados, que ya no son tristes y oscuros, ni siquiera insulsos y anodinos, sino luminosos, alegres y cálidos, por mucho que fuera llueva, nieve y hiele :).
Creo que he vuelto, pero aún no las tengo todas conmigo... seréis los primeros en saberlo.
domingo, 4 de octubre de 2009
Barcelona
En Barcelona te tratan mejor que en Madrid.
O quizás debería decir "en Barcelona ME tratan mejor que en Madrid", porque mis amigos de la Ciudad Condal juran y perjuran que lo acaecido durante tan señalado fin de semana no es, ni mucho menos, lo habitual. (Yo no me lo creo, y punto).
Podría argumentar que el hecho de sentirme bien tratado fuera de Madrid no es un hecho extraordinario, dado que en Madrid, generalmente, me tratan a patadas, pero es que la bondad del trato en Barcelona no lo es por comparación con el de Madrid (si bien este contraste no hace más que enfatizar las diferencias) sino que lo es per se.
Viernes (11.15): La estanquera, joven, vital y radiante nos regala una amplia sonrisa mientras bromea alegremente con nosotros a cuenta de una pequeña confusión (ajena completamente a su responsabilidad, naturalmente) producida en el momento de pagar.
Brilla el sol y suena Shiny Happy People, de REM.
Viernes (12.30): Tomamos unas cervezas en un delicioso local regentado por unos argentinos que desbordan amabilidad y cordialidad por los cuatro costados.
Los comentarios simpáticos y las sonrisas se suceden todas y cada una de las veces que nos dirigimos a ellos.
Sopla una suave brisa que nos trae las notas de Beautiful Day, de U2.
Viernes (14.30 aprox.): Comemos, qué digo comemos, degustamos los exquisitos manjares de un coqueto restaurante barcelonés de ambiente amistoso y relajante.
Los camareros me dispensan el trato de "Señor Marqués".
Las Cuatro Estaciones de Vivaldi en el hilo musical durante la comida. Al salir, somos sorprendidos por un grupo de barceloneses espontáneos que cantan Viva la Gente animándonos con regocijo a que nos unamos a ellos, lo que hacemos con alborozo.
Sábado (11.30): Sentados en una terraza frente al Hospital de Sant Pau, el camarero me sonríe con cordial complicidad al servir los cafés (deliciosos).
Después, a la hora de pagar, recibe con resignación el dinero por parte de uno de mis acompañantes, con la decepción pintada en su cara al no haber gozado del honor de recibirlo directamente de mis manos.
Al traer la vuelta, considerando que es su última oportunidad de agasajarme, se salta el protocolo y me la entrega con manos temblorosas diciendo con gratitud infinita "Vuestra vuelta, Excelencia".
Hace una mañana esplendorosa y puedo escuchar como algún barcelonés, feliz de serlo, canturrea Love is in the air según pasa a nuestra altura.
Sábado (15.00): Decidimos comer en un restaurante del centro. Estilo moderno y cocina soberbia.
Los camareros se deshacen en elogios y espantan a la nube de periodistas y curiosos que se congrega a nuestro alrededor.
Al final de la comida, pese a nuestra insistencia, el dueño del restaurante, que ha salido a saludarme, rehusa cobrarnos un sólo céntimo, argumentando que el honor de tenerme en su humilde local es tan inconmensurable que jamás lo olvidará y jurando por su difunta madre que rebautizará el salón de honor como "Salón Banshee".
Cuando nos vamos se despide con ojos acuosos: "Gracias, Señor, jamás le olvidaremos".
Pomp and Circumstance suena, apropiadamente, en el momento de la despedida.
Entenderán pues, supongo, que gruesos lagrimones rodaran por mis mejillas cuando, ante la mirada incrédula de Una-Que-Yo-Me-Sé y de Timeshock, el camarero de la terraza en la que nos encontrábamos el sábado alrededor de las 5 de la tarde, al ser interpelado pidiendo yo que me cambiara un billete de 5 euros para tabaco, me preguntara con una sonrisa radiante "¿qué tabaco va a querer Su Majestad?", respondiendo yo "Nobel", desapareciendo él raudo cual centella y retornando acompañado de música de clarines, rodeado de pajes que arrojaban pétalos de rosa a su paso mientras toda la multitud, congregada alrededor del cordón de seguridad que la división de honor de la Guardia Urbana (todos con sus uniformes de gala) había organizado, nos vitoreaba y arrojaba confeti y serpentinas, a la vez que el alcalde de Barcelona y demás autoridades de cuerpo presente, emocionados también, esperaban con los nervios reflejados en sus ojos llorosos la oportunidad de ofrecerme las Llaves de la Ciudad, que brillaban en sus manos mientras cientos de periodistas acreditados procedentes de más de ciento cuarenta países trataban de captar el momento y de obtener alguna declaración; retornaba el camarero, decía, que al llegar ante mí hinca una rodilla en tierra e, inclinando la cabeza, me ofrece de sus manos enguantadas en blanco, una bandeja de plata sobre la que se hallaba un cojín de terciopelo y, descansando sobre este, un paquete de oro purísimo con diamantes engarzados y con la leyenda "Nobel" sobre su costado, cada letra minuciosamente tallada de forma artesanal por un descendiente de Claude Garamond, que contenía una veintena de cigarrillos de la máxima calidad, cuyo sabor era tan sublime y carente de parangón que cualquier intento de describirlo resultaría un torpe ejercicio de futilidad.
Que uno no es de piedra.
O quizás debería decir "en Barcelona ME tratan mejor que en Madrid", porque mis amigos de la Ciudad Condal juran y perjuran que lo acaecido durante tan señalado fin de semana no es, ni mucho menos, lo habitual. (Yo no me lo creo, y punto).
Podría argumentar que el hecho de sentirme bien tratado fuera de Madrid no es un hecho extraordinario, dado que en Madrid, generalmente, me tratan a patadas, pero es que la bondad del trato en Barcelona no lo es por comparación con el de Madrid (si bien este contraste no hace más que enfatizar las diferencias) sino que lo es per se.
Viernes (11.15): La estanquera, joven, vital y radiante nos regala una amplia sonrisa mientras bromea alegremente con nosotros a cuenta de una pequeña confusión (ajena completamente a su responsabilidad, naturalmente) producida en el momento de pagar.
Brilla el sol y suena Shiny Happy People, de REM.
Viernes (12.30): Tomamos unas cervezas en un delicioso local regentado por unos argentinos que desbordan amabilidad y cordialidad por los cuatro costados.
Los comentarios simpáticos y las sonrisas se suceden todas y cada una de las veces que nos dirigimos a ellos.
Sopla una suave brisa que nos trae las notas de Beautiful Day, de U2.
Viernes (14.30 aprox.): Comemos, qué digo comemos, degustamos los exquisitos manjares de un coqueto restaurante barcelonés de ambiente amistoso y relajante.
Los camareros me dispensan el trato de "Señor Marqués".
Las Cuatro Estaciones de Vivaldi en el hilo musical durante la comida. Al salir, somos sorprendidos por un grupo de barceloneses espontáneos que cantan Viva la Gente animándonos con regocijo a que nos unamos a ellos, lo que hacemos con alborozo.
Sábado (11.30): Sentados en una terraza frente al Hospital de Sant Pau, el camarero me sonríe con cordial complicidad al servir los cafés (deliciosos).
Después, a la hora de pagar, recibe con resignación el dinero por parte de uno de mis acompañantes, con la decepción pintada en su cara al no haber gozado del honor de recibirlo directamente de mis manos.
Al traer la vuelta, considerando que es su última oportunidad de agasajarme, se salta el protocolo y me la entrega con manos temblorosas diciendo con gratitud infinita "Vuestra vuelta, Excelencia".
Hace una mañana esplendorosa y puedo escuchar como algún barcelonés, feliz de serlo, canturrea Love is in the air según pasa a nuestra altura.
Sábado (15.00): Decidimos comer en un restaurante del centro. Estilo moderno y cocina soberbia.
Los camareros se deshacen en elogios y espantan a la nube de periodistas y curiosos que se congrega a nuestro alrededor.
Al final de la comida, pese a nuestra insistencia, el dueño del restaurante, que ha salido a saludarme, rehusa cobrarnos un sólo céntimo, argumentando que el honor de tenerme en su humilde local es tan inconmensurable que jamás lo olvidará y jurando por su difunta madre que rebautizará el salón de honor como "Salón Banshee".
Cuando nos vamos se despide con ojos acuosos: "Gracias, Señor, jamás le olvidaremos".
Pomp and Circumstance suena, apropiadamente, en el momento de la despedida.
Entenderán pues, supongo, que gruesos lagrimones rodaran por mis mejillas cuando, ante la mirada incrédula de Una-Que-Yo-Me-Sé y de Timeshock, el camarero de la terraza en la que nos encontrábamos el sábado alrededor de las 5 de la tarde, al ser interpelado pidiendo yo que me cambiara un billete de 5 euros para tabaco, me preguntara con una sonrisa radiante "¿qué tabaco va a querer Su Majestad?", respondiendo yo "Nobel", desapareciendo él raudo cual centella y retornando acompañado de música de clarines, rodeado de pajes que arrojaban pétalos de rosa a su paso mientras toda la multitud, congregada alrededor del cordón de seguridad que la división de honor de la Guardia Urbana (todos con sus uniformes de gala) había organizado, nos vitoreaba y arrojaba confeti y serpentinas, a la vez que el alcalde de Barcelona y demás autoridades de cuerpo presente, emocionados también, esperaban con los nervios reflejados en sus ojos llorosos la oportunidad de ofrecerme las Llaves de la Ciudad, que brillaban en sus manos mientras cientos de periodistas acreditados procedentes de más de ciento cuarenta países trataban de captar el momento y de obtener alguna declaración; retornaba el camarero, decía, que al llegar ante mí hinca una rodilla en tierra e, inclinando la cabeza, me ofrece de sus manos enguantadas en blanco, una bandeja de plata sobre la que se hallaba un cojín de terciopelo y, descansando sobre este, un paquete de oro purísimo con diamantes engarzados y con la leyenda "Nobel" sobre su costado, cada letra minuciosamente tallada de forma artesanal por un descendiente de Claude Garamond, que contenía una veintena de cigarrillos de la máxima calidad, cuyo sabor era tan sublime y carente de parangón que cualquier intento de describirlo resultaría un torpe ejercicio de futilidad.
Que uno no es de piedra.
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