martes, 1 de noviembre de 2011

Amor constante más allá de la muerte

"Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:

Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado."



¿No sabíais que Quevedo escribía poesía amorosa?

¿Ni que un tío tan patológicamente cínico podía poneros los pelos como escarpias?

Pues ahora ya lo sabéis.

2 comentarios:

  1. Vaya vacaciones que te has pegado. Qué bueno verte de nuevo por aquí... ¡y tan romántico! Un beso

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias! (¡yo no! ha sido Quevedo... :P) Mil besos, guapa.

    ResponderEliminar