martes, 6 de noviembre de 2012

Instrucciones (de Neil Gaiman)


Toca la puerta que nunca antes habías visto en la pared.
Di "por favor" antes de abrir el pestillo,
entra,
avanza por el camino.

Un pequeño duende rojo de metal cuelga de la puerta verde de la casa
a modo de aldaba,
no lo toques; te mordería los dedos.

Atraviesa la casa. No toques nada.
No comas nada.

Sin embargo,
si alguna criatura te dice que tiene hambre,
aliméntala.
Si te dice que está sucia,
límpiala.
Si te grita que le duele,
si puedes,
alivia su dolor.

Desde el jardín trasero verás
el bosque salvaje.
El hondo pozo que acabas de dejar a un lado
lleva al Reino del Invierno;
existe otro mundo ahí al fondo.

Si prefieres darte la vuelta aquí,
hazlo tranquilo,
no quedarás en evidencia. No tendré peor opinión de ti.

Una vez atravieses el jardín,
estarás en el bosque.
Los árboles son muy antiguos.
Algunos ojos te espían desde la maleza.

Bajo un roble retorcido, está sentada una vieja.
Puede que te pida algo.
Dáselo.
Ella te indicará el camino hacia el castillo.

En él hay tres princesas.
No te fíes de la más joven. Continúa andando.
En el claro detrás del castillo,
los doce meses están sentados
alrededor de una hoguera,
calentándose los pies, contándose historias.
Puede que te concedan algún favor, si eres educado.
Quizás puedas recoger fresas en la escarcha de Diciembre.

Confía en los lobos, pero no les digas
a dónde vas.
El río puede cruzarse con una barca.
(La respuesta a la pregunta que te hará
el barquero es la siguiente:
"si dejas el timón a tu pasajero, serás libre
de abandonar la barca".
Pero díselo desde una distancia segura.)

Si un águila te trae una pluma, guárdala.
Recuerda: que los gigantes duermen profundamente,
que a las brujas suelen traicionarlas sus caprichos,
que los dragones tienen un punto débil,
en algún lugar, siempre;
Los corazones pueden estar bien escondidos,
y los traicionas con tu palabra.

No tengas envidia de tu hermana.
Has de saber que los diamantes y las rosas
son tan incómodos cuando se caen de los labios
como los sapos y las ranas:
y además, son más fríos y afilados, y cortan.

Recuerda tu nombre.
No pierdas la esperanza – encontrarás lo que buscas.
Confía en los fantasmas.
Confía en que aquellos a quienes has ayudado te ayudarán a su vez.

Confía en los sueños.
Confía en tu corazón y confía en tu historia.
A la vuelta, toma el mismo camino por el que viniste.
Los favores serán devueltos, las deudas serán reparadas.

No olvides tus modales.
No mires atrás.
Monta en el águila sabia (no te caerás).
Monta en el pez plateado (no te ahogarás).
Monta en el lobo gris (pero agárrate fuerte a su lomo).

Hay un gusano en la base de la torre;
esa es la razón por la que no se mantiene en pie.

Cuando alcances la pequeña casa,
el lugar donde comenzó tu viaje,
reconocerás el lugar, pero te parecerá
mucho más pequeño de lo que recordabas.

Sigue el camino y cruza la puerta
que nunca habías visto -salvo una vez-.

Y entonces, vuelve a casa.
O construye una.
Y descansa.

Tenéis el original en inglés aquí.

2 comentarios:

  1. Si no es por esto, no hubiese terminado el King's Quest en la vida... gracias.

    Saludos.

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  2. Pues algo de background cuentístico viene de perlas para terminarse un King's Quest, la verdad.

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